- El Socorrismo cobra sentido en el respeto y protección de la dignidad, de la integridad física y de la vida de la persona, sin distinción alguna por motivos de raza, sexo, ideología, condición social o cualquier otra circunstancia.
- El Socorrismo moderno pretende la protección de todas las personas contra el infortunio, en situaciones críticas en las que su vida o su salud corren peligro.
- El ejercicio del Socorrismo confiere seguridad a los ciudadanos y repercute en la calidad de vida de aquellos.
- El Socorrismo es una expresión de solidaridad que brota de la sociedad y que retorna hacia ella, con intención de servirla. Es por tanto, un trabajo social altruista.
- El Socorrismo no se fundamenta en principios religiosos, caritativistas o moralistas, pues si bien no los desdeña, cobra su base más sólida en principios de estricta justicia social, en la idea de servicio al hombre por su condición de persona.
- El Socorrismo, se basa pues, en un sistema de valores éticos y se traduce en una serie de acciones, técnicas y actitudes humanitarias, popularmente requeridas y aceptadas, y científicamente contrastadas.
- Cualquier acción dentro del marco del Socorrismo estará presidida por el conocimiento técnico, la prudencia, la idoneidad, el sentido humanitario y la eficacia. La ineptitud, la imprudencia, la insolidaridad, la omisión del deber de socorro, trascienden la esfera de lo individual y repercuten en la Sociedad en su totalidad; por tanto, el socorrista cuidará su conducta.
Fuente: Cruz Roja Española 1991